Qué pasa cuando el agujero en el pecho queda vacio, cuando de un día para el otro se nos cae el mundo encima y no queda otra que quedarse estancado en el tiempo sin entender, con flashes en la cabeza de momentos que no van a volver, de historias que no se van a repetir, de sensaciones que quedaron en el pasado, planes inconclusos, truncados por un cambio repentino y voraz que atrapa nuestro pecho dejándolo en un estado de retardo, no sé lo que sentí, no sé como sobreviví, no sé como recapacite, no sé cómo pude ver... no sé como volví.
Cuando alguien personalmente se encarga de disparar por fuera y matarnos por dentro de dejarnos desangrándonos lentamente gota por gota... cuando alguien sin pensar nos borra del mapa y nos vuelve a marcar, es cuando dejamos de ser alguien, para ser nada. Así fue como me sentí, un vacio absoluto que zumbaba en mis oídos, un sentimiento atragantado en la garganta, un grito de impotencia que quemaba mi pecho, un cerebro que alargaba las distancias, así fue, así me sentí como nada.
Sentada en un sillón, en un balcón de frente una noche estrellada, con frio, fue así hace unos dias.
No hay comentarios:
Publicar un comentario