Tus besos saben tan amargos cuando te ensucias los labios con mentiras otra vez. Dices que te estoy haciendo daño, que con el paso de los años me estoy haciendo más cruel. Es que yo nunca creí que te vería remendando mis heridas con jirones de tu piel. De ti apredió mi corazon, de ti aprendió. De ti aprendió mi corazon, mi corazón. Y ahora no me reproches, niño, que no sepa darte amor. Me has enseñado tú. Tú has sido mi profesor para hacer sufrir. Si alguna vez fui mala lo aprendí de ti. No digas que no entiendes cómo puedo ser así, si te estoy haciendo daño lo aprendí de ti. Me has enseñado tú. Maldigo mi inocencia y te maldigo a ti. Maldito el profesor y maldito el aprendiz. Maldigo lo que hago... y te lo debo, te lo debo, te lo debo, te lo debo a ti. Ahora me duelen tus caricias porque noto que tus manos son cristales rotos bajo mis pies. Dices que te estoy haciendo daño, que con el paso de los años me estoy haciendo más cruel. Es que yo nunca creí que te vería remendando mis heridas con jirones de tu piel.
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