Un día abrí los ojos, y me encontré con que mi realidad era volátil, acaso, era una realidad? O mi imaginación cubrió este mundo de tenues colores solo para mi, donde la calma y la compañía era sutilmente desaturada, no por ello descolorida de vida, de pasión, de sonrisas y anhelos.Escuchar al mundo de allá afuera era lo que mi alma necesitaba, impregnarme de sensaciones, dejar de poner nubes de algodón para evitar caídas ajenas, la perfección ya no era la que me capturaba sino la simpleza? Fue simple alguna vez?
Despertar de ensueños no es solo un suspiro, como al final de un cuento, es enfrentar lo que hay o tal vez lo que no habrá.
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